Haz llegado al final de un nuevo ciclo de tiempo; un
momento en el que miras hacia atrás y haces un recuento de lo vivido este año.
Diversas experiencias y matices adornan tu camino;
algunas más fáciles, más dulces, más alegres que otras. Sin embargo, aquellas
que fueron más difíciles, amargas y tristes también forman parte de la maleta
de vivencias que llevas contigo ahora. Honra cada una de ellas, pues te han
traído hasta aquí y ahora, a este momento en tu ciclo. Más sabiduría, más
crecimiento. Haz que cada una de ellas cuente. No las deseches, no las
menosprecies, no las ignores. Quien eres hoy se ha nutrido de estas vivencias y
lecciones.
Cierra este ciclo 2018 con alegría. Agradece todo lo
vivido, y además da gracias por el hecho de que estás aquí y ahora, con la
capacidad de mirar hacia atrás y reconocer todas las experiencias que has
tenido.
Este año no ha sido ni bueno ni malo. Ha sido. Ha sido
uno en el que has vivido, has crecido, has enfrentado retos, has tenido que ir
más allá de tu zona de confort, has amado, reído, llorado. Aprecia el valor de
las risas, de las lágrimas, del enojo, de la esperanza, de la turbulencia, de
la paz, de la frustración, de la esperanza, del haber amado, del haber
recibido, del haberlo dado todo o del no haber dado nada. Perdónate por lo que
consideraste fallos, errores, tropiezos. Deja las culpas; culpar no te lleva a
nada. Deja los juicios; tampoco te llevan muy lejos. Sana tu corazón,
abriéndolo al amor.
Permítete ser quien eres, con tus luces y oscuridades.
Deja de lado esas ansias de perfección, y simplemente fluye, ama; ámate a ti
mismo y ama a los demás. Regálate a ti mismo el propósito de
ser amor, ser paz; simplemente Ser. Suelta esas cadenas con las que te has
atado a ti mismo. Suelta el sufrimiento. No tienes que sufrir para vivir. No
tienes que sufrir para aprender. No tienes que martirizarte ni negarte.
Ábrete a
recibir, con la misma ilusión que te abres para dar. Y si te has enfocado sólo
en recibir, entonces va siendo hora ya de que empieces a dar. Comienza con
darte a ti mismo todo ese amor que necesitas, y que quizás has estado buscando
en otros lugares.
Mira hacia el
2019 con esperanza. Puedes trazarte metas, claro, pero la primera que debes
trazar es la de AMAR. Con el resto de tus metas, concédete a ti y al universo
margen para actuar. No te limites a ti mismo ni a las bendiciones que lleguen a
ti, sin importar las vestiduras que traigan. Aquello que anhelas y sueñas puede
llegar a ti en momentos y formas inesperadas. ¡Piensa y sueña en grande!
Permite a las sorpresas y a la magia entrar a tu vida.
No temas a lo
desconocido. Arriésgate. Muévete. Estás hecho para fluir; no para quedarte
estático, aferrado a lo “seguro”. Deja de tenerle tanto miedo al cambio. ¡El
cambio es tu socio! Dale la bienvenida. No temas “equivocarte”. No existen los
fallos cuando ves todo como experiencias. Cada una de ellas trae su
aprendizaje.
Ámate y déjate
amar. Ama a todos los que te rodean, especialmente a aquellos a quienes más te
cuesta amar. Son maestros para ti, igual que tú puedes serlo para los demás.
Haz las paces con los que estás en guerra, y déjales ir si es necesario. Sana
tu corazón, llenándolo de amor.
Eres un ser
único. No temas serlo. No tienes que limitarte a ti mismo, sólo para encajar en
un molde. Sé libre. Otórgate la libertad de Ser. Ofrece tu luz, tu punto de
vista, tu amor al mundo, el cual necesita de tu voz, de tus dones, de tu
servicio amoroso, de tu perspectiva tan única. Tú eres una Chispa Divina con
mucho para dar. ¿Qué esperas para dar? ¡Hazlo hoy!
No dudes que eres amado. Nunca estás solo. Ve hacia el
interior, y ahí me encontrarás, esperándote, animándote, riendo y llorando
contigo. Yo apuesto por tu éxito, siempre. Es hora de que tú apuestes por ti
mismo. No te juzgues tanto; yo no lo hago.
Tú eres más que tu físico, tu trabajo, tus emociones.
Tú ERES más allá de lo que vives, de la ropa que te pones, de lo que puedes
creer o no aquí y ahora, de lo que sientes. Tu VERDAD yace en la LUZ y en el
AMOR. ¿El resto? Puro espejismo. Mira más allá del espejo.
Cruza el umbral de ti mismo. Entra en tu Ser. Tu
VERDAD yace precisamente ahí, no afuera. Emprende ese viaje hacia adentro, y
reencuéntrate contigo mismo… con tu Verdadero Yo.
Bienvenido al Amor!
Bienvenido a la Luz!
Bienvenido a tu Ser!
Bienvenido a tu Verdadero Hogar!
Te amo hoy y siempre,
Jesús.
Canalizado por: WaVe
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