viernes, 28 de diciembre de 2018

Mensaje de final del año 2018





Haz llegado al final de un nuevo ciclo de tiempo; un momento en el que miras hacia atrás y haces un recuento de lo vivido este año.

Diversas experiencias y matices adornan tu camino; algunas más fáciles, más dulces, más alegres que otras. Sin embargo, aquellas que fueron más difíciles, amargas y tristes también forman parte de la maleta de vivencias que llevas contigo ahora. Honra cada una de ellas, pues te han traído hasta aquí y ahora, a este momento en tu ciclo. Más sabiduría, más crecimiento. Haz que cada una de ellas cuente. No las deseches, no las menosprecies, no las ignores. Quien eres hoy se ha nutrido de estas vivencias y lecciones.

Cierra este ciclo 2018 con alegría. Agradece todo lo vivido, y además da gracias por el hecho de que estás aquí y ahora, con la capacidad de mirar hacia atrás y reconocer todas las experiencias que has tenido.

Este año no ha sido ni bueno ni malo. Ha sido. Ha sido uno en el que has vivido, has crecido, has enfrentado retos, has tenido que ir más allá de tu zona de confort, has amado, reído, llorado. Aprecia el valor de las risas, de las lágrimas, del enojo, de la esperanza, de la turbulencia, de la paz, de la frustración, de la esperanza, del haber amado, del haber recibido, del haberlo dado todo o del no haber dado nada. Perdónate por lo que consideraste fallos, errores, tropiezos. Deja las culpas; culpar no te lleva a nada. Deja los juicios; tampoco te llevan muy lejos. Sana tu corazón, abriéndolo al amor.

Permítete ser quien eres, con tus luces y oscuridades. Deja de lado esas ansias de perfección, y simplemente fluye, ama; ámate a ti mismo y ama a los demás. Regálate a ti mismo el propósito de ser amor, ser paz; simplemente Ser. Suelta esas cadenas con las que te has atado a ti mismo. Suelta el sufrimiento. No tienes que sufrir para vivir. No tienes que sufrir para aprender. No tienes que martirizarte ni negarte.

Ábrete a recibir, con la misma ilusión que te abres para dar. Y si te has enfocado sólo en recibir, entonces va siendo hora ya de que empieces a dar. Comienza con darte a ti mismo todo ese amor que necesitas, y que quizás has estado buscando en otros lugares.

Mira hacia el 2019 con esperanza. Puedes trazarte metas, claro, pero la primera que debes trazar es la de AMAR. Con el resto de tus metas, concédete a ti y al universo margen para actuar. No te limites a ti mismo ni a las bendiciones que lleguen a ti, sin importar las vestiduras que traigan. Aquello que anhelas y sueñas puede llegar a ti en momentos y formas inesperadas. ¡Piensa y sueña en grande! Permite a las sorpresas y a la magia entrar a tu vida.

No temas a lo desconocido. Arriésgate. Muévete. Estás hecho para fluir; no para quedarte estático, aferrado a lo “seguro”. Deja de tenerle tanto miedo al cambio. ¡El cambio es tu socio! Dale la bienvenida. No temas “equivocarte”. No existen los fallos cuando ves todo como experiencias. Cada una de ellas trae su aprendizaje.

Ámate y déjate amar. Ama a todos los que te rodean, especialmente a aquellos a quienes más te cuesta amar. Son maestros para ti, igual que tú puedes serlo para los demás. Haz las paces con los que estás en guerra, y déjales ir si es necesario. Sana tu corazón, llenándolo de amor.

Eres un ser único. No temas serlo. No tienes que limitarte a ti mismo, sólo para encajar en un molde. Sé libre. Otórgate la libertad de Ser. Ofrece tu luz, tu punto de vista, tu amor al mundo, el cual necesita de tu voz, de tus dones, de tu servicio amoroso, de tu perspectiva tan única. Tú eres una Chispa Divina con mucho para dar. ¿Qué esperas para dar? ¡Hazlo hoy!

No dudes que eres amado. Nunca estás solo. Ve hacia el interior, y ahí me encontrarás, esperándote, animándote, riendo y llorando contigo. Yo apuesto por tu éxito, siempre. Es hora de que tú apuestes por ti mismo. No te juzgues tanto; yo no lo hago.

Tú eres más que tu físico, tu trabajo, tus emociones. Tú ERES más allá de lo que vives, de la ropa que te pones, de lo que puedes creer o no aquí y ahora, de lo que sientes. Tu VERDAD yace en la LUZ y en el AMOR. ¿El resto? Puro espejismo. Mira más allá del espejo.

Cruza el umbral de ti mismo. Entra en tu Ser. Tu VERDAD yace precisamente ahí, no afuera. Emprende ese viaje hacia adentro, y reencuéntrate contigo mismo… con tu Verdadero Yo.

Bienvenido al Amor!
Bienvenido a la Luz!
Bienvenido a tu Ser!
Bienvenido a tu Verdadero Hogar!

Te amo hoy y siempre,

Jesús.


Canalizado por: WaVe
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